En muchas ocasiones no nos damos cuenta de que a nuestro alrededor tenemos cosas maravillosas, que nuestra tierra no es solo campo lleno de arboles y de ganado, y que donde hoy vemos humildad en otro tiempo vieron gloria. Desde pequeño me han llevado a ver los diferentes tesoros que los campos de mi pueblo escondían, puentes que un día vieron vida y a veces hasta las pudieron salvar, conventos con historia que hoy solo recuerdan algunas de las paredes que se mantienen en pie, y hasta molinos que el agua a querido tragarse.
Hoy, decidi irme a ver uno de esos antiguos tesoros, el puente de La Bogaña, que como otros tantos se encuentra en mitad de la naturaleza, desgastado por el paso del tiempo, pero en pie.
Mi post de hoy, muy sencillo, tenemos que aprender a apreciar nuestros lugares, nuestras calles o tesoros, y digo apreciar, por que aun que seamos cocientes de que estén ahí, no nos paramos a observar la belleza que implica y en el caso de la gente a los que nos gustan las fotos, no nos paramos tampoco ha probar si quedaran bien ahí, ante regalos como este que el pasado nos deja.
Por cierto, aun no os he hablado del mi acompañante en las fotos de hoy, y es que este pequeño bribón se llama Odín, un juguetón que me tiene tonto (más de los normal) y que hoy me ha mordido esta bonita camisa con los juegos jajaja...
Apreciar, explotar y sobre todo disfrutar. En los próximos post os enseñare nuevos tesoros¡¡